Profissão de Fé do Blog.

Profissão de Fé do Blog "Creio em um só Deus, Pai onipotente, Criador do céu e da terra, de todas as coisas visíveis e invisíveis. E em um só Senhor, Jesus Cristo, Filho Unigênito de Deus, nascido do Pai, antes de todos os séculos. Deus de Deus, Luz de Luz, Deus verdadeiro de Deus verdadeiro. Gerado, mas não feito, consubstancial ao Pai, pelo qual foram feitas todas as coisas. Ele, por causa de nós, homens, e nossa salvação, desceu dos céus. E se incarnou por obra do Espírito Santo, da Virgem Maria. E se fez homem. Foi também crucificado por nós; sob Pôncio Pilatos, padeceu e foi sepultado. E ressuscitou ao terceiro dia, segundo as Escrituras. Subiu ao céu, está sentado à direita do Pai, de onde há de vir segunda vez, com glória, a julgar os vivos e os mortos; e seu reino não terá fim. Creio no Espírito Santo, que é Senhor e Fonte da Vida e que procede do Pai e do Filho. Com o Pai e o Filho é juntamente adorado e glorificado, e é o que falou pelos Profetas. Também a Igreja, una, santa, católica e apostólica. Confesso um Batismo para remissão dos pecados. E espero a ressurreição dos mortos, e a vida do século futuro." Amém.

quinta-feira, 17 de janeiro de 2013

A validade das ordens de Monsenhor Lefebvre e Monsenhor Carlos Duarte Costa.

jueves, 17 de enero de 2013

La validez de las órdenes sagradas: Monseñor Lefebvre y Carlos Duarte Costa

En la actualidad,  todo parece ser discutible, especialmente la validez o no de los sacramentos. La publicación de un artículo sobre las órdenes del Obispo Duarte Costa, fundador del grupo cismático Igreja Catolica Apostolica Brasileira mostró la confusión (natural después de todo) entre estos dos aspectos, la validez del sacramento en sí y su licitud. En aquel momento argumenté que las ordenes conferidas por el ex obispo de Maura eran válidas ya que Duarte Costa era un obispo válido, utilizó candidatos válidos (incluso con aptitud canónica), utilizó un ritual válido (el anterior al Vaticano II, ya que el mismo no se alteró jamás en la ICAB) y sobre todo había tenido intención válida de consagrar obispos.  Con posterioridad, Daina me preguntó sobre las ordenes de Monseñor Marcel Lefebvre, a lo que respondí subiendo una entrada donde comentaba el estudio del Padre Rama Coomaraswamy (que por error atribuí al P. Cekada). A Monseñor Lefebvre se le objeta que su ordenante era un masón, el Cardenal Lienart. Supuestamente, si el Cardenal Lienart era un masón, no podría haber conferido válidamente las ordenes, habría, al igual que en el caso de Duarte Costa, un defecto de intención de parte del ministro. En Duarte Costa, consagrar obispos para su Iglesia, en Lienart no consagrar obispos porque se trataba de un masón.
En éste artículo veremos lo que dice la teología sacramental y el Magisterio sobre la intención de los ministros, especialmente en el sacramento del orden.


San Agustín debatiendo con los donatistas


Una tendencia neodonatista.
Entre la Resistencia Católica surgieron tendencias muy cercanas al Donatismo, una herejía combatida, entre otros por San Agustín. Según los donatistas, los sacramentos conferidos fuera de la Iglesia Católica son inválidos. La validez de los sacramentos fuera de la Iglesia es un tema muy antiguo. La Iglesia siempre ha distinguido dos aspectos, por un lado la licitud y por otro lado la validez. Aquí trataremos únicamente el problema de la validez.

Sacramentos válidos
¿Que hace a un sacramento válido? Tres cosas: materia, forma e intención de hacer lo que hace la Iglesia.
La materia es aquella cosa sensible, real y externa que se determina en razón del sacramento, en el caso del baustimo es el agua. La forma son las palabras pronunciadas por el ministro que realizan el efecto. Finalmente existe un tercer requisito que consiste en la intención, o hacer lo que hace la Iglesia. Es aquí donde, desde 1958 tenemos una muy fuerte disputa. ¿Los sacerdotes que estaban en el Novus Ordo hasta la reforma litúrgica consagraban válidamente en cada misa? ¿Los obispos consagrados antes de la reforma de los ritos de Paulo VI, confieren válidamente el sacerdocio cuando ordenan utilizando el ritual antiguo? ¿Es válida la ordenación dada por ministros no católicos pero que conservan el Orden Sagrado? Más aún ¿Pueden conservar el Órden aquellos que se separan de la Iglesia Católica?
La respuesta es simplemente sí. No obstante, ante la actual confusión muchos deducen que un ministro no católico no puede tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia. Veremos a continuación de que esto es un error tan común como extendido. En un trabajo clásico (y obligatorio de consulta) titulado  Summa theologiae moralis de Hieronymus Noldin de 1904 leemos que existen tres maneras de considerar la intención: en sí misma, según el objeto y según el modo. Nosotros tocaremos la primera que es la más importante y la que afecta al tema aquí planteado. Para las demás, recomendamos la consulta de la obra de Hieronymus Noldin citada ut supra.
Intención considerada en sí misma puede ser:
  1. actual: existe aquí y ahora, se advierte mientras la obra se realiza y puede a su vez dividirse en explicita o implítica según sea manifiesta o se deduzca del contexto en el cual se realiza, 
  2. virtual: no se advierte cuando se realiza la obra, verbigracia si durante la misa, en la consagración piensa en cualquier cosa, al haber proferido la formula se considera que consagró válidamente, 
  3. habitual: la que se tuvo en el pasado, no ha sido retractada pero en el momento de realizar el sacramento no existe, por ejemplo en un loco, sonámbulo o borracho que bautiza a un niño o consagraga a un obispo.
Noldin sostiene que la intención actual no es condición sine qua non para la validez sacramental, ya que "una intención actual, considerada la fragilidad humana, con frecuencia sería imposible moralmente, pero no se puede afirmar que Cristo exigió para el valor de los sacramentos algo que sería moralmente imposible a sus ministros (III §21, 1)"
Tampoco es meramente suficiente la habitual, puesto que para la validez sacramental es menester que el mismo se realice por la intención del ministro, es decir, este debe obrar en nombre de Cristo, lo cual ocurre con la intención virtual. Lo que determina, según Trento (Ses VII can. 11 ss) la validez del sacramento es la intención interna implícita, ésta se determina por la acción sacramental en sí, es decir, por hacer el sacramento, además el Tridentino es explícito en que la calidad del ministro no afecta al sacramento en sí:

Si alguno dijere que el ministro que está en pecado mortal, con sólo guardar todo lo esencial que atañe a la realización o colación del sacramento, no realiza o confiere el sacramento, sea anatema. (Dz 870)
Según Noldin, de esto se deduce que no es menester que el ministro quiera o diga que desea realizar un determinado sacramento:

"ni que quiera realizar en general un sacramento o el efecto sacramental, ni que quiera hacer lo que hace la Iglesia católica o la curia romana,  sino que es suficiente que quiera hacer lo que hace la verdadera Iglesia instituida por Cristo, aunque falsamente piense que su secta es la verdadera iglesia".

¿Cómo pues deduce la Iglesia la intención? Pues del ritual externo. Veamos primeramente el caso de Lienart y luego el de Duarte Costa, recordando que se trata de dos situaciones similares pero diferentes, el primero adhería (supuestamente) a la masonería, mientras que el segundo ordenó y consagró en una iglesia cismática.


El caso Lienart-Lefebvre.
Para comenzar, quisiera dejar en claro que no existe ninguna evidencia de que el Cardenal Lienart fuera un masón. La información se debe al libelo  L'lnfaillibilité Pontificale de un autor anónimo que firma como Marquis de la Franquerie y que en la introducción nos comenta que se trata de un secreto chamberlán del Papa (Paulo VI), erudito, católico e iniciado en los secretos de la jerarquía eclesiástica y masónica de Francia (¡Whoa!). Posteriormente, Monseñor Marcel Lefebvre dijo que, con dolor, se había enterado por unas fotografías publicadas en Chiesa Viva de la afiliación masónica de Lienart. Las dos fotos son menos elocuentes aún, consiste en una imagen (en solitario) de Lienart como joven sacerdote y debajo, otra fotografía el frente de un edificio con motivos masones. Ahora bien, en la Chiesa Viva citan L'lnfaillibilité Pontificale... Es decir, no existe ninguna evidencia de la adhesión de Lineart a la masonería, no obstante, demos el beneficio de la duda.
¿Fueron válidas las órdenes conferidas por el supuesto Mason Cardenal Lienart? La respuesta es sí. En efecto, como ya señalamos, no importa si el ministro es indigno por ser hereje, cismático o estar en pecado mortal (Dz 870). Más aún, El Papa León XIII en la Constitución Apostolicae Curae (§ 33) dice:

Con este defecto inherente de la "forma" [de las Ordenes Anglicanas] se une el defecto de la "intención" que es igualmente esencial para el sacramento. La Iglesia no juzga sobre la mente y la intención, en la medida en que es algo que por su propia naturaleza interna, pero en la medida en que se manifiesta externamente está obligado a juzgar al respecto. Una persona que ha utilizado correctamente y en serio el asunto y la forma necesaria para efectuar y conferir un sacramento se presume que por esa misma razón a tener la intención de hacer (intendisse) lo que la Iglesia hace. En este principio se basa la doctrina de que un sacramento es verdaderamente conferido por el ministerio de aquel que es un hereje o no bautizados, siempre que el rito católico ser empleado. Por otro lado, si el rito puede cambiar, con la manifiesta intención de introducir otro rito no aprobado por la Iglesia y de rechazar lo que la Iglesia hace, y lo que, por la institución de Cristo, pertenece a la naturaleza del sacramento, entonces está claro que no sólo es la intención necesaria querer el Sacramento, sino que la intención es adversa y destructiva del sacramento.

¿Cómo reconoce la Iglesia la intención del ministro? Por la utilización del ritual.
¿Usó el Cardenal Lienart un ritual católico válido? Si, el Cardenal Lienart usó un ritual válido.
¿Que se deduce de ello? Si la Iglesia presume la validez sacramental por la utilización de un ritual válido, y el Cardenal Lienart, siendo obispo validamente consagrado como lo era, utilizó para la consagración de Monseñor Marcel Lefebvre un ritual válido, entonces la ordenación fue absolutamenta válida.


El caso de Duarte Costa.
Carlos Duarte Costa fue un obispo que adhirió al modernismo y que terminó separándose de la Iglesia Católica Romana para fundar la Igreja Católica Apostolica Brasileira (ICAB), la cual se extiende por muchos países. Es muy frecuente escuchar sobre la alteración de los rituales de la ICAB. No obstante, Duarte Costa no los alteró, simplemente tradujo algunas parte de los rituales antiguos, salvo las formulas sacramentales. Posteriormente, en 1968, el Concilio de la ICAB declaró que rechazaba todos los textos de Duarte Costa que no adhirieran plenamente a la doctrina católica. Con la reforma de los rituales por parte de Paulo VI, la ICAB declaró la invalidez de los mismos y de hecho, no se reconocen a los sacerdotes ordenados por los obispos de la Iglesia Conciliar.
Volviendo a Duarte Costa, él consagró a varios obispos para formar la jerarquía de la ICAB, lo cual en sí fue un acto cismático ya que les instituyó una jurisdicción. Ahora bien ¿Cuando realizó esas consagraciones hizo lo que hace la Iglesia? ¿El hecho de consagrarlos para su nueva organización, no implica un defecto de intención? La respuesta es afirmativa para la primera y negativa para la segunda cuestión.
Hizo lo que hace la Iglesia porque utilizó un ritual católico válido, el ritual que usaron todos los obispos de la Iglesia Latina antes de que Paulo VI promulgara el de la Iglesia Conciliar. Y no solo usó el ritual, con lo que se presume, según la Apostolicae Curae la recta intención.
Sino además porque aquellos a quienes consagró poseían lo que se denomina aptitud canónica. La aptitud canónica, como reconoce el Padre Anthony Cekada no hacen a la validez de la orden, sino a la mínima licitud de la misma cuando se dan dentro de la Iglesia Católica Romana, y dejan en claro que quien las ejerce tendrá conocimiento (mínimo) de como utilizarlas. La misma se menciona en el Código Pío Benedictino en el can. 974 §1 para las ordenes mayores y en el can. 331 específicamente para el episcopado.
El caso de Duarte Costa es el mismo de las Iglesias Orientales. Roma siempre ha reconocido la validez de los sacramentos administrados por los griegos, rusos e incluso los nestorianos. San Gregorio Magno escribió al respecto en su carta  Quia charitati:

a cuantos vuelven del perverso error de Nestorio, recíbalos sin duda alguna vuestra santidad. en su grey, conservándoles sus propias órdenes, a fin dé que, no poniéndoles por vuestra mansedumbre contrariedad o dificultad alguna en cuanto a sus propias órdenes, los arrebatéis de las fauces del antiguo enemigo. (Dz 249)

La validez de las órdenes fue también muy importante en lo que se refiere a los obispos teutónes que pasaban a la Iglesia Romana desde el arrianismo. En efecto, Pascual II determinó en el Concilio de Guastalla, en Lombardía en el año 1602:

Desde hace ya muchos años la extensión del imperio teutónico está separada de la unidad de la Sede Apostólica. En este cisma se ha llegado a tanto peligro que -con dolor lo decimos- en tan grande extensión de tierras apenas si se hallan unos pocos sacerdotes o clérigos católicos. Cuando, pues, tantos hijos yacen entre semejantes ruinas, la necesidad de la paz cristiana exige que se abran en este asunto las maternas entrañas de la Iglesia. Instruidos, pues, por los ejemplos y escritos de nuestros Padres que en diversos tiempos recibieron en sus órdenes a novacianos, donatistas y otros herejes, nosotros recibimos en su oficio episcopal a los obispos del predicho Imperio que han sido ordenados en el cisma, a no ser que se pruebe que son invasores, simoníacos o de mala vida. Lo mismo constituimos de los clérigos de cualquier orden a los que su ciencia y su vida recomienda. (Dz 358)

Y Pío XII se refirió sobre las ordenes conferidas por las Iglesias orientales, especialmente la Bizantina:

Y además, nadie hay que ignore que la Iglesia Romana tuvo siempre por válidas las ordenes conferidas por el rito griego sin la entrega de los instrumentos, de suerte que en el mismo Concilio de Florencia en que se hizo la unión de los griegos con la Iglesia Romana, en modo alguno se impuso a los griegos que cambiaran el rito de la ordenación o le añadieran la entrega de los instrumentos; es más, la Iglesia quiso que en la misma Urbe los griegos se ordenaran según su propio rito. (Dz 2301).

Conclusiones.
La Iglesia evalúa la intención de un ministro, no porque tiene el poder de mirar dentro de la mente de un sacerdote u obispo, sino por algo mucho más simple: por la aplicación del ritual externo. Si el ritual externo se ha practicado y quien lo realiza es un ministro válido, la Iglesia tiene certeza moral de que se realizó el sacramento. Es interesante señalar que la Iglesia dejó en claro que no importaba si el ministro era moralmente bueno o malo, o si había caído en herejía y por lo tanto, si era o no masón. El ritual externo implica necesariamente la recta intención del ministro. Esto debe servir para despejar cualquier duda sobre la validez de las ordenes de Monseñor Marcel Lefebvre, quien fue ordenado  y consagrado por un supuesto masón, el Cardenal Lienart.
También el magisterio de la Iglesia es claro respecto a las ordenes conferidas por los cismáticos. Las mismas son válidas, pero ilícitas. Esto significa que quien es ordenado o consagrado fuera de la Iglesia Católica Romana, recibe, efectivamente el sacramento del orden, empero, el mismo no tiene licitud. La Iglesia siempre ha reconocido la validez de las ordenes de los cismáticos en tanto que estos no alteraran las formulas sacramentales ni la intención, tal como fue el caso de los anglicanos. De allí se colige que siempre los cismáticos fueron recibidos según su estado.

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